Inversor inteligente o trader kamikaze
Hay que distinguir entre inversores y especuladores, como bien dice Graham en su libro "El inversor inteligente". Se dice pronto, pero con este libro, el cual recomiendo a todos los que lean esto, me di cuenta de que efectivamente, no tiene nada que ver. Es más, diría que los especuladores son producto del marketing y la avaricia. Ellos no tienen la culpa.
El ser humano es avaricioso por naturaleza. Si no, no encontraríamos a millonarios que siguen en su despacho trabajando de sol a sol, o banqueros ricos que siguen haciendo operaciones ilícitas con el riesgo de ir a la cárcel o de ser odiados por la gente de a pie. Bueno, no me distraigo del tema. Los especuladores en bolsa son los llamados traders, y como digo, son el resultado de un engaño, ellos no tienen la culpa. Pero cuando se le pregunta a alguien a qué se dedica y te responde que es trader, no merece la pena discutir. Te dirá que el año pasado se apalancó y ganó mucho dinero con posiciones a corto, es decir, pidiendo un préstamo (apalancarse) y apostando a que el mercado iba a bajar (posiciones a corto). Lo que no te dirá es su rentabilidad a 10 años vista. De hecho no conozco ningún trader rico por apostar en bolsa. Y digo bien, apostando, porque la especulación de los traders es un juego. Y no hay nada peor que jugar en bolsa. A la bolsa no se juega, en la bolsa se invierten los ahorros del trabajo que tanto cuestan ganar, no tiene nada que ver. Un trader (en español comerciante), por definición, invierte en el intradía o en cortos períodos de tiempo, y en muchos de los casos usa productos financieros derivados como los CFDs. En España comenzaron a comercializarse en 2007 (curioso, en lo más alto de la burbuja y justo antes de comenzar la crisis). En Londres desde 2008 han crecido un 57% este tipo de transacciones, y un 25% del total en bolsa son CFDs, correspondiendo un 20% al pequeño inversor. Una bolsa que en el corto plazo compite además contra las máquinas que ejecutan el trading de alta frecuencia. Es decir, jugársela de estar forma, para el pequeño inversor, es de ser un completo kamikaze.
Pero seguimos sin irnos por las ramas. Con estos productos derivados, lo que hacen los traders es apalancarse y usar posiciones cortas. El apalancamiento es una herramienta muy peligrosa a la par que poderosa. Poderosa para los brokers que cobran jugosas comisiones, y peligrosa para los inversores particulares. Si tienes 10 000 euros, con un apalancamiento del 1% quiere decir que estarás poniendo en juego 1 000 000 euros. En palabras, un millón. Si el mercado sube, ganarás 100 veces más de lo que un inversor normal. Pero si baja, no perderás más de 10 000, pero los perderás 100 veces más rápido. Y aquí viene la trampa. El mercado, por muy alcista que sea, siempre va en zig zag, nunca sube en línea recta. Con lo cual la más mínima bajada se nos comerá todo nuestro capital (100 veces más rápido) y se nos cerrará la posición por haber perdido todo. Sin embargo los brokers lo venden como "gestión eficiente del capital" para incitar a los novatos avariciosos a contratar dichos servicios para así cobrar las suculentas comisiones asociadas.
Con las posiciones a corto pasa lo mismo. En general, a largo plazo, la bolsa sube un 6% anual más dividendos. Es decir, en general, las empresas ganan dinero, porque por eso son empresas. Tienen gente trabajado 8 horas diarias para que sean rentables. Sin embargo los brokers y bancos donde operamos nos venden el corto como la posibilidad de multiplicar por dos las posibilidades de ganar, cuando el mercado sube y también cuando baja. Pues bien, nadie sabe lo que hará mañana el mercado. Pero sí sabemos que en general las empresas quieren ganar dinero y suben un 6% anual de media. Entonces, ¿por qué arriesgarnos a que van a bajar si realmente hay más posibilidades de que suba a que baje?. Pues sí, no tiene sentido a menos que tengamos información confidencial, como hacen los grandes como Goldman Sachs o los miembros de los consejos de administración de algunas empresas cotizadas. Pero en cualquier caso, eso es ilegal y además no está al alcance de la mano del pequeño inversor.
En definitiva, todo esto son operaciones que suelen tener más comisiones de la cuenta y que además no son amigas del largo plazo. Y hay una cosa clara. La bolsa no sabemos lo que hará mañana, pero sí sabemos que cada vez que operemos el broker se llevará una importante comisión, y cuanto más operemos, más dinero nos quitará. Por esto hay inversores que, con toda la razón, se decantan por la estrategia buy&hold, es decir, comprar e intentar no vender nunca, invirtiendo así a largo plazo y sin apenas comisiones.
No es de extrañar que hoy en día se han multiplicado los brokers en internet que nos ofrecen cursillos gratuitos para enseñarnos a ser traders. Pero voy más allá, no será de extañar que dentro de unos años comiencen a ofrecer comisiones gratis para este tipo de operaciones al más puro estilo casino. Así, si el particular invierte a corto, el broker, sin decírtelo, hará lo mismo a largo, y si tú lo haces a largo, él a corto, o sea, la operación contraria. Tu dinero es limitado, tarde o temprano quebrarás. Pero el del broker es casi ilimitado puesto que cuenta con la liquidez de otros muchos particulares. De forma que conforme los traders vayan perdiendo sus ahorros, el broker irá ganando el mismo montante. Es el mismo funcionamiento que un casino cuando se apuesta al rojo o al negro. Hay un 50% de posibilidades, y eso se cumplirá si hacemos infinitos intentos. Pero la diferencia es que el particular tiene avaricia y querrá seguir jugando hasta que se le acabe el dinero antes de haber llegado a hacer esos infinitos intentos. El casino sin embargo siempre tendrá dinero para seguir jugando.
En definitiva, la bolsa no es un casino, y como tal debe ser tratada.
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